En el cultivo de la vid tienen en cuenta tres prioridades:
En la replantación del terreno en 1982 se seleccionaron tres variedades autóctonas treixadura para el 70% del terreno, albariño para el 20% y torrontés paral el 10%.
Las cepas son conducidas en espalderas de arriba a abajo con orientación norte/sur, en su cultivo no se utilizan herbicidas ni antibotríticos y la aplicación de sulfatos se reducen a los mínimos tratamientos imprescindibles. Se cultiva Centeno durante el invierno para en el més de Mayo ser enterrado, aportando así al suelo materia orgánica y nutrientes sin sobrefertilizar las cepas, se realizan clareos de racimos para adecuar la carga de cada cepa a su vigor
Eduardo Bravo es el proyecto personal del enólogo del mismo nombre, quién lleva a cabo un cultivo y...
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