No fue fácil encontrar el terruño donde hacer el tipo de vinos que soñábamos desde un principio.
200 Hectáreas de tierra difícil, finca de pizarra, poco fértil y exigente, pero que sabe cómo cuidar a la planta. Al no recibir suficiente agua, la cepa lucha por sobrevivir y se esfuerza por encontrarla ella misma, da poco, pero lo mejor de si. y que dota a nuestras variedades de uva de una fuerte personalidad para así producir unos vinos únicos.
En esta finca trujillana que ya los griegos cultivaron en la antigüedad, se alza el edificio que acoge a nuestra bodega, una de las más avanzadas de nuestro país.
Un vino carnoso y potente, con aromas balsámicos, reflejos minerales, con una fuerte presencia de...
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Una de las variedades más aromáticas del mundo. Un blanco moderno y femenino que armoniza...
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